1 Memo Rojas II
2 Esteban Gutiérrez
3 Sergio Pérez Mendoza
4 Yair Godìnez
5 Salvador Durán

Histórica 014
Mayo de 2005
Por Carlos E. Jalife Villalón

Breve Historia del Automovilismo Deportivo en Monterrey

El automovilismo deportivo en Monterrey fue realmente ocasional, o sea, sin organización formal, pese a los esfuerzos del señor Rimoldi y su Club Fortingos (carros construidos ex profeso para carreras sobre bases de Fords viejos), hasta 1970 cuando se abre el Autódromo Monterrey (frente al Aeropuerto del Norte) por parte del empresario y ex piloto Filiberto Jiménez. Eso motivó a los pilotos locales a profesionalizarse y fue el parteaguas de la aportación norteña al automovilismo mexicano. Y todo hecho sin ayuda gubernamental, por el entusiasmo, o capricho dirán otros, de un hombre.
Ya con un autódromo, empiezan a venir pilotos de diversas partes del país a correr y su principal competencia se vuelve los 500 Kilómetros de Monterrey que atrae a los autos más poderosos de la nación y a algunos de las zonas fronterizas de EUA, principalmente tejanos. Es también en ese principio de la década de los setenta cuando surge el primer gran piloto regiomontano, Rodolfo Junco, quien destaca por sus excelentes actuaciones en la Fórmula B (equivalente a la Fórmula 2 europea) y se internacionaliza corriendo con otro piloto nacional, Freddy van Beuren, en las competencias de IMSA en EUA, en un Chevron. Sin embargo, su carrera se trunca por cuestiones familiares y pasan unos años sin un piloto regiomontano que destaque a nivel nacional hasta que empieza a surgir el hijo de Filiberto, Gilberto Jiménez, quien a bordo de un Mazda pelea contra autos más grandes en las categorías nacionales y finalmente empieza a imponerse en competencias diversas a nivel nacional. Aquí, su equipo American Wheels es dirigido desde 1984 por el preparador Rodolfo ‘Capi’ Martínez, quien se convertirá en el mejor preparador mexicano. Gilberto es subcampeón 1984 de la Fórmula K, la categoría más veloz de México, y para el año siguiente se impone en el campeonato.
En paralelo, hay un piloto que ha estado en receso virtualmente desde 1972, Gerardo –Plátano- Martínez, hermano del ‘Capi’, que corrió en la inauguración del Autódromo y para 1985 hace equipo con Gilberto y juntos ganan los 500 Kilómetros de Monterrey. En 1986 Gerardo también corre como segundo piloto del equipo American Wheels en la FK y queda tercero en el campeonato, batiendo, entre otros a Adrián Fernández, cuarto en el campeonato, pero cediendo ante Gilberto, quien se corona bicampeón. Sin embargo, en 1987 los hermanos Martinez García fundan su propio equipo, el Martiga, cuando Gilberto se va a Europa a correr en las series de F3 del continente. Gerardo se corona campeón en 1987, y su coequipero, también regiomontano, Oscar Manautou, es tercero, mientras que en quinto sitio, defendiendo los colores del American Wheels está el joven César Tiberio Jiménez de 17 años de edad, hermano menor de Gilberto. Éste último en Europa obtiene resultados decentes, aunque sin patrocinio tiene que terminar su incursión y regresar a México. Manautou es hermano de otro piloto, Armando, quien es más conocido por ser campeón de arrancones, o cuarto de milla, el cual se ha ido desarrollando desde el Autódromo de Monterrey para convertirse en un campeonato nacional. En 1988 el campeón nacional de la FK es Oscar Manautou venciendo a Gerardo que es segundo y César Tiberio es cuarto. Es la época de dominio de los pilotos regiomontanos en la escena nacional, y aunque César se va a Europa a correr como substituto de Mika Hakkinen en la Fórmula Lotus en 1989, Gerardo vuelve a quedar campeón y Manautou es tercero.
Y mientras todo estos sucede en las pistas, DIPSA ha creado el campeonato nacional de Cuarto de Milla, más conocido como los arrincones, que se ha popularizado a lo largo y ancho del país, incluso teniendo alguna fecha con la National Hot Rod Association que manda en esa disciplina en Estados Unidos, y bajo la dirección de Doris Jiménez, una de las hijas de don Filiberto, lo engrandece hasta abarcar llos puntos de la república ne donde hay afición. Y muy importante para propiciar que se corra en los autódromos y no las calles es la instauración de “picas” o arrancones de media semana donde cualquiera puede participar e iniciarse en el deporte además de quitarse las ganas de ver que se siente ser piloto. Hasta la fecha la modalidad con más licencias en la Federación de Automovilismo es la de ¼ de Milla, siempre regida desde Monterrey.
1990 es un año de cambios, nace la Superfórmula con los viejos autos de la Fórmula K mejorados, pero también comienza la Fórmula Tres Internacional, torneo de la zona NACAM-FIA, que corre por vez primera como preliminar en el Gran Premio de México y es apadrinada por Ayrton Senna. César Tiberio ha regresado a las pistas mexicanas y queda tercero en la Superfórmula -en donde el campeón es otra vez Gerardo Martínez- y queda quinto en la F3 Internacional. En 1991 Gerardo repite en el título pero esta vez su coequipero es otro norteño, Rafael Martínez, quien queda subcampeón y César vuelve a ser tercero. César también queda tercero en la F3 Internacional, en la cual sale campeón Adrián Fernández. Para 1992, se produce el debut en monoplazas a los 15 años de edad, de Gerardo Martínez II, prontamente apodado el “Dominico”, quien se integra al equipo Martiga de la Superfórmula y consigue el título de novato del año mientras su padre tripite como campeón. Gerardo II ya era campeón de karts en la clase 100 c.c. y tiene un hermano menor, David, nacido en 1981, que es campeón de la clase Junior I en 1992 por segundo año consecutivo. En la F3 Internacional, el campeón es César Tiberio, quien para 1993 emigrará a la serie Indy Lights de EUA, compitiendo en 10 carreras con un equipo propio, aunque se repetirá la historia de la falta de patrocinios y eso lo hará regresar a México antes de tiempo.
La Superfórmula se acaba y el equipo Martiga emigra a la Copa Marlboro, la F2 Mexicana, en donde en su primera temporada Gerardo es el subcampeón pero el equipo es el campeón del año al colocar a su otro piloto, Fernando Plata, en tercer sitio, mientras que el ‘Dominico’ es el novato del año en la F2. Para 1994 el equipo repite como campeón e inclusive logra un inigualado antes 1-2-3 en pistas mexicanas con Gerardo, Fernando y Gerardo II en la pista de, precisamente, Monterrey y al terminar el año Plata es el campeón y Gerardo cae al tercer sitio, pero Gerardo hijo fallece en un accidente de carretera, como pasajero. Todo México llora al prometedor piloto, y aún Adrián le rinde homenaje en su casco.
Pero el equipo Martiga sigue y obtiene otro campeonato por equipos en la F2 en 1995, con Plata de subcampeón y Gerardo cuarto en las listas al final de temporada, e inclusive prueba fuera de las fronteras para correr en Indy Lights y pasa la prueba de novato fácilmente, aunque el patrocinio no se materializa. Rafa Martínez obtiene un subcampeonato y seguirá siendo un piloto de punta pero sin lograr campeonatos en lo que resta de la década. En 1996 los autos de la F2 se convierten en preliminares de la nueva estelar mexicana, la F3000, y David da el salto a los 14 años de edad, para coronarse campeón de esta pre-estelar. Su padre participa cada vez menos en las carreras como piloto y empieza a enfocarse a dirigir el Martiga pero los Jiménez, Gilberto y César, han retornado a las pistas con nuevos bríos y pelean el campeonato de F3 Internacional en esos años hasta 1997. David debuta precisamente en 1997 en la F3000 y es novato del año pero en 1998 prueba fortuna fuera de México en la serie Barber Pro y en su única carrera ocupa el quinto sitio antes de sufrir un despiste en el aeródromo de Cleveland. En México ha nacido otra serie de monoplazas, impulsada desde Monterrey por Filiberto Jiménez, la de la Indy Lights Panamericana o Fórmula de las Américas, que terminará el año con una excursión a Argentina. Gilberto ha colgado el casco para dedicarse a su fábrica de rines Carusi, pero César sigue en los autos y corre esta serie terminando como el mejor piloto mexicano en estos autos de motores de 500 caballos de fuerza. Por su parte David ha incursionado en la F3 Mexicana, en la cual corre las tres carreras finales del año obteniendo dos podios.
En 1999 hay más pilotos regiomontanos en las parrillas, pero destacan dos: Rudy Junco, hijo de Rodolfo, y Toño Coello, proveniente del kartismo, donde ha librado grandes batallas con David. Estos pilotos corren en la ILP y tienen resultados respetables, donde César gana una carrera y vuelve a ser el mejor mexicano en esta serie. En la F3 Mexicana sobresale David que termina cuarto y es nombrado novato del año con dos victorias en su cuenta en el equipo Martiga manejado por su padre. En el último año del siglo, Rudy Junco se internacionaliza con el equipo Mexpro manejado por su padre y Gustavo del Campo, legendario preparador del equipo GO. Rudy corre en la Indy Lights conociendo las pistas y sacando algunos puntos. En México en la ILP, Toño Coello es el mejor piloto mexicano, sucediendo a César que tiene un accidente que lo mantiene alejado de las pistas una temporada. En la F3 Internacional y su preliminar la Fórmula Reynard, surgen otros valores emanados del kartismo regiomontano, los hermanos Iván y Christian Castaños, que tiene buenas actuaciones en sus autos. David repite su cuarto sitio, con una temporada incompleta, en la F3 Mexicana del año 2000 y la nueva generación de pilotos parece estar lista para tomar el lugar de César, incluyendo a su sobrino Gilbo Jiménez, hijo de Gilberto, quien debuta en la F3 Internacional con un podio en su primera carrera en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Rafa Martínez termina otra vez segundo, en la serie Mustang, y suma otro subcampeonato a su historia.
En el 2001, Rudy corre su segunda temporada de Indy Lights, con mejores resultados, peleando los podios constantemente, pero al final del año con la desaparición de la categoría Rudy anuncia que se concentra en sus estudios de Economía quedando en el aire el futuro, y no retornará a las pistas. David termina cuarto nuevamente con otra temporada incompleta, pero ahora ha firmado para el equipo Dynamic Racing de SLP que al final del año anuncia que estará en la Fórmula Atlantic para el 2002, con David como piloto, aunque el patrocinio tampoco se concreta y no suben. Toño Coello acaba tercero en el campeonato de la ILP, otra vez el mejor mexicano, y César Tiberio regresa a las pistas con muchas posiciones de privilegio pero fallas en carrera que eliminan su auto. Gilbo se corona campeón de la F3 Internacional en su primera temporada completa, a los 16 años de edad, caso único dentro de esta serie a nivel mundial, y a principios del 2002 anuncia que va a Inglaterra a hacer carrera en la Formula Ford con el equipo del ex F1 Martin Donelly. Ahora su substituto será su primo Javier González quien acaba entre los primeros en su año debut en la Fórmula Reynard. Y Rafa Martínez, el eterno subcampeón, vuelve a quedar segundo, en la serie Mustang.
Para 2002, Finalmente Rafa consigue el esperado momento de declararse campeón de Mustang, y una vez que sabe como es la cosa no soltará el título en las siguientes dos temporadas, llegando incluso a debutar en la serie Busch de NASCAR en 2005. Mientras tanto, con el ocaso de los monoplazas en México, David empezó a incursionar en serie fuera del país, tras coronarse en la F3 Mexicana, y de inmediato consiguió la primera viuctoria mexicana en la Barber Dodge, en Monterrey 2003, y probo suerte en Europa en la FRV6, siendo el mejor mexicano en ambas ocasiones, lo cual le dio la oportunidad de llegar a la Fórmula Atlantic en 2005, en la cual lleva ya dos podios en el año, con un equipo completamente nuevo, emergido de las cenizas del poderosos Dorricott, y seguramente está cercano su debut en la Champ Car.
Y como el ave fénix, César Tiberio regresó a la serie premier de autos turismo, las camionetas ovaleras, que en 2004 se transformaron en el Desafío Corona que pronto será la NASCAR México. Y tras una gran batalla en 2002, para 2003 se coronó campeón, demostrando que sigue siendo uno de los pilotos más completos que ha dado México, aunque para 2004 los patrocinios escasearon y solamente obtuvo un triunfo, precisamente en el óvalo de Monterrey, en una temporada incompleta. Ahora, se ha centrado en promover nuevos pilotos y organiza los campeonatos de karts y vochos de la empresa familiar, tomando por derecho propio el lugar de don Fili como promotor y pasando a las nuevas generaciones la factura de mantener el prestigio norteño en el automovilismo mexicano. Y los Martínez se dedican a formar pilotos que pronto veremos en la arena internacional, emanados de esos mismos campeonatos de karts que promueven los Jiménez.
Los nombres y apellidos no son muchos ni muy variados, pero las historias de éxito de sus pilotos son continuas. Factores como la consistencia a los largo de los años, organización profesional a ultranza y deportivismo en la pista son algunos de los que han propiciado este éxito en los pilotos y equipos de Monterrey. Además, la capital regiomontana es también la capital mexicana del Cuarto de Milla en el cual sus pilotos no tienen competencia y tiene el evento internacional de kartismo más grande de México, que se repite cada año desde principios de la década pasada. Hay diversidad y calidad en una historia que indudablemente seguirá creciendo con los éxitos futuros de los pilotos regiomontanos.
© CEJV/SHRAC 2005