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La Fórmula Uno, Entre Crisis y Remedios

En 1988 Mc Laren ganó quince de dieciséis Grandes Premios y no hubo crisis por eso. La diferencia era que todos estábamos seguros de que un auto rojiblanco ganaría, pero nadie sabía si sería Alain Prost o Ayrton Senna. El brasileño triunfó en ocho ocasiones contra siete del galo (la otra, fue para el Ferrari de Gerhard Berger). Pero en este 2002, todos conocíamos de antemano que iba a ganar el alemán Michael Schumacher y que una vez "amarrado" el campeonato los triunfos serían para Rubens Barrichello. El problema no es por tener un estupendo auto y manejar bien, sino porque el equipo le dio instrucciones a "Rubinho" para dejar ganar a Michael y después, al revés. Así lo aceptó públicamente, Jean Todt, director deportivo de Ferrari y esto causó que las audiencias televisivas y las asistencias decrecieran entre quince y veintiocho por ciento.


La FIA y el zar de la Fórmula Uno, Bernie Ecclestone, reaccionaron así: "Cambiar o morir" expresó Max Mosley, presidente de la FIA; "Los aficionados deben ser primero", dijo Ecclestone. Hubo desde propuestas absurdas como que los pilotos se alternaran para cada carrera, diferente auto, hasta ponerle un kilo de lastre por cada punto obtenido en el campeonato. Cabe mencionar que la estadounidense NASCAR (de gran repercusión) tiene entre sus reglas que, cuando un auto es notoriamente más veloz, a juicio de los directivos, de una u otra manera se le frena, con efecto inmediato, para la siguiente carrera y esto se traduce en los contingentes agrupados de alrededor de quince o veinte vehículos. La F-1 se rige por el "Concord Agreement" y sólo se puede cambiar alguna de sus reglas, por unanimidad de todos los equipos participantes.

Para revertir la crisis, finalmente llegó, además de los anteriores, a las siguientes propuestas: las calificaciones volverán a ser viernes y sábado y no como actualmente se hace, que le quita todo el interés del viernes. Además, las llanteras (Michelin y Bridgestone) podrán fabricar neumáticos para cada auto (como es el caso de Schumacher) y no solamente un tipo de compuesto para todos. También se reducirán las prácticas privadas a doce días por auto al año en pistas en las que no se corra ningún Gran Premio. Se congelarían los paquetes aerodinámicos a solamente dos; uno a autorizarse en la primera mitad del campeonato y otro en la segunda.

Los motores serán de "larga vida" (actualmente sólo sirven para un Gran Premio). Para el 2003 sería limitante un motor para cada cuatro carreras y para el 2004 uno para cada ocho Grandes Premios, lo mismo que las cajas de velocidades; y, finalmente, la estandarización de piezas como: frenos, componentes electrónicos, prohibiéndose nuevamente el control de tracción, para reducir costos.



También se prohibirán las ordenes de equipo, aunque no se ha dicho cómo se logrará esto y se otorgarán más puntos a posiciones posteriores. Habrá mejor cobertura por televisión abierta, como se vio durante los GGPP de Estados Unidos y Japón, donde se pudieron ver diversas imágenes.

Todo lo anterior, con la intención de hacer más "parejo" el campeonato y crecer la credibilidad y el espectáculo, perdidos por la supremacía de Ferrari, que ha puesto a la Fórmula Uno en jaque.



Chacho Medina


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