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El Autódromo Hermanos Ricardo y Pedro Rodríguez

(Arrancada del IV Gran Premio de México, 1965)

Como todos históricamente sabemos, el Valle de México era prácticamente una gran concentración de agua, con algunas islas; la zona de la Magdalena Mixhiuca incluida.

Con el tiempo, la gran mayoría de estas zonas acuiferas se fueron intencionalmente desecando, ante la necesidad de disponer de más área para asentamientos humanos. Y ahí, en la zona de La Magdalena, se desarrollaron algunos caseríos y principalmente ladrilleras para el desarrollo, después de la segunda guerra mundial, de la ciudad de México, que entraba en el "Modernismo", provocando estas ladrilleras grandes oquedades.

Hacia fines de los cincuentas, el presidente Adolfo López Mateos decide construir la "Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhiuca" en esos terrenos y se rellenan esas oquedades o huecos con basura. Lógicamente, la mayoría de la basura de ese entonces era biodegradable, por lo que tenía sentido rellenarlas así, tomando en cuenta, además, que en el 90% de la superficie se plantaría simplemente: pasto.


(V Gran Premio de México, 1966)

(Cartelón del VI Gran Premio de México, 1967)


En ese momento el director de obras públicas de la ciudad de México era el Ing. Gilberto Valenzuela, además de experimentado constructor, un conocedor y entusiasta del automovilismo deportivo que incluso lo llevó a practicar en un Jaguar E y en un MG.

Cuando estaban en el proceso del proyecto de la "Ciudad Deportiva", se dieron cuenta de la necesidad de tener un camino interno de servicio (para llevar pasto, sacar basura, etcétera), y se les ocurrió, al Ing. Valenzuela y al Ing. Javier Velázquez (cuñado del Ing. Valenzuela y contratista del D.D.F.), la genial idea de -con ese pretexto- hacer una pista de carreras para autos, planteando desde entonces y con los comentarios de Mr. Fred Van Beuren (abuelo), una buena pavimentación, con el ancho suficiente y principalmente un trazo interesante en cuanto a manejo, basado en el concepto de la pista de Monza en Italia.

Antes de terminado el proyecto le dijeron al presidente: "...Licenciado, ya está listo el diseño de la Ciudad Deportiva y fíjese que podría quedar sin querer (queriendo) un trazo que podrían utilizarse para carreras de autos. Solo le faltarían los pits, la torre de control y peraltar una curva".

Cuando el Presidente, que era un gran aficionado a la automovilismo e incluso en las mañanas, tempranito, se les escapaba a sus escoltas, y se iba a la carretera a disfrutar del manejo de, entre otros autos, un Maseratti GT de 5 litros, el Ing. Gilberto Valenzuela y su equipo así como el también talentoso piloto: Javier Velázquez le comentaron al Licenciado López Mateos lo de la "casualidad" de la pista, le apareció una sonrisa y la aprobación no se hizo esperar. Con la anuencia además del Lic. Ernesto P. Uruchurtu, jefe en ese entonces del D.D.F., se realizaron las obras.


(Ayrton Senna, 1991)

(Gran Premio de México, 1988


Con el banderazo de arranque del nuevo -ahora sí- "Autódromo de la Magdalena Mixhiuca", vino otra era de auge del automovilismo en México, después del gran suceso y éxito de las Carreras Panamericanas de 1950 a 1954, pues el Ing. Javier Velázquez y otro grupo de personas lograron traer las carreras del Gran Premio de Fórmula 1 de 1961 a 1970.

En ese entonces se negociaba con cada equipo en particular su participación, no como últimamente que es a través de la "Formula One Constructors Association" (FOCA), presidida por el Magnate y Zar de la F-1: Mr. Bernie Ecclestone y quien realizaba básicamente estas negociaciones era el ingenio Javier Velázquez que coreó con Mr. Fred Van Beuren con un "OSCA" las 12 Horas de Sebring, en la Florida y, aunque no terminaron la carrera, fueron más rápidos que los Porsches oficiales que comandaba Huske Von Hanstein. Pero bueno, eso es otra historia y está, la del Autódromo Hermanos Ricardo y Pedro Rodríguez, la continuaré en mi próxima columna de "Auto Insignia" aquí, en SporCar.com

 

(Arrancada del Gran Premio de México, 1986)